Trepando por tus caderas con los dedos, me enganché en tu cintura, y escalando por tu espalda encontré, tras los secretos de tu oído, todos tus miedos.
miércoles, 16 de marzo de 2011
Tarde.
No importa si hoy llueve o nieva. Qué más da si hace frío o calor. Lo único que importa es tenerte conmigo. Y no te tengo. Maldita cobardía, estúpida ignorancia. Olvidé que te tenía y me vendí por un caramelo. Idiotez insuperable, me volví estúpida. Y sólo me dí cuenta cuando en brazos de otro recordé tu existencia. Abrí los ojos a la realidad cuando ya era tarde, cuando ya te había perdido.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario