jueves, 7 de julio de 2011

Olvidarlo todo, menos a ti.

Llega un punto en que las cosas se tuercen, en que te odio a momentos y no se ni por qué.
LLega un punto en el que desearía ahorcarte entre mis labios, dispararte con mis abrazos, o arrancarte la piel a suaves mordisquitos. Otras, en cambio, te amo con la más dulce locura que alberga mi corazón.
Si pudiera decir algo diferente, algo que sienta realmente, un juego de palabras improvisado en mi mente, no estaría aquí ahora, pensando en tí, evocando los sentimientos que tú proporcionas a este lánguido corazón.
Pero llega un momento en que mis suspiros se queman en el viento, exhalan en mis labios y mueren en tu mirada. Porque miras, paralizas. Porque los rescatas, me rescatas, me devuelves a la vida. Y mueren mis suspiros, y con ellos mueren mis penas. Porque das sentido a cada verso, cada rima, cada letra.
Llega un punto en el que estoy tan abatida, que quisiera olvidarlo todo, menos a ti.
Desaparecer en un universo paralelo, para ti y para mí, ser inexistentes a ojos ajenos.

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