jueves, 23 de febrero de 2012

Desde que en su pequeño metro cuadrado, entre tanta gente, vi su mirada buscando mi cara, como en la canción de la oreja de van gogh... Desde que en su risa se escondía un reflejo de cariño, gusto, amor o lo que quisiera ser...Desde que sus manos exploraron expertas los poros de mi piel... Desde que sus labios besaron los míos con entusiasmo, una y otra vez, y me colmaron de gloria y placer... Desde que cada palabra que salía de su boca, perfecta y cuidada, impactaba contra mi pecho como un pedacito de cielo... Desde entonces supe que sus buenos días iban a despertarme cada mañana, y sonreí tanto que las comisuras de mi boca rozaron el infinito.

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