sábado, 25 de agosto de 2012

No estuviste entre mis brazos,
no pude besar tus labios.
No corrimos esa suerte de varios
no tuvimos oportunidad de amarnos.
El miedo pudo con tus ganas locas
sufrir conmigo como hiciste con otras,
no te imploré, no te rogué, no te lo pedí
como dijiste que hicieron otras, te oí.
Quise respetar tu deseo de salvarte
quise... sin acariciar tu cuerpo, amarte.
En silencio, en secreto, en la mejor penumbra
que seas algún día la luz que hoy no alumbra,
tenme en tus manos, toma de mi cuerpo
esto es todo lo que desesperada ofrezco.
Sinceramente, sabiendo que lo digo en vano,
quisiera que venciéramos juntos lo malo
contar contigo, que cuentes conmigo
sin condiciones, tal como te lo digo.
Mas tú temes de nuevo agrietar tu corazón
y dejas a su suerte, el amor, en poder de la razón.

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