jueves, 7 de febrero de 2013

Si te crees que esto para mi es fácil estás equivocado. He pasado de no poder dejar de verte a que te hayan arrancado de mi vera en menos de dos segundos, los que parecen ahora eternos, pues me cuesta hasta respirar. Lo que más temo es verte de nuevo, saber que estás ahí y no poder tocarte, no poder acercarme siquiera a ti, fingir que te odio, que no eres nada para mi. Supongo que no lo entienden, pero siempre fui clara en ese aspecto: el cariño que te tuve sobrepasó las fronteras del éxito emocional que conquistaste con tus besos. Necesito un minuto de descanso entre tanta angustia, apartarme de estos brazos que me asfixian con tu imborrable recuerdo, del que no pueden desprenderse, pues me recuerdan tanto a ti... ¿cómo encajo este sentimiento que calla mi sonrisa cada día? ¿cómo ocultar estas ojeras que se forman en mis ojos, tras haber soñado de nuevo que te perdía? "ojalá se acabe el mundo" pienso a veces, porque tu olor inolvidable penetró en mis sentidos, en mi recuerdo, y hasta tu manera de hablar y tu dormida voz. Fuiste la viva imagen de mi odio personificado, eras todo lo contrario a lo que solía pedir. Pero apareciste y te clavaste en mi pecho cual daga ardiente para luego no querer salir. ¿volvería a ti? No, pues de tonta suficiente ya he pecado, mas no puedo negar el dolor que esconderían mis ojos si tuviera que apartar la mirada de los tuyos, el desgarro de mi voz cuando hablo en susurros de ti y pronuncio inaudible tu nombre, el temblor de estos dedos míos si tuviera que entrelazarlos para no extenderlos hacia tu encuentro.  No quiero conocer este dolor, no quiero alimentar mi desespero. Marcha de mis sueños, no vuelvas a tejerlos con tu memoria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario