domingo, 16 de enero de 2011

Te...te quiero

Sus dedos se deslizaron rápidamente por entre las teclas cuadradas escribiendo tímidamente. Sam se acercó a la pantalla todo lo que le permitía la vista para leer nerviosamente las cortas palabras que Paul había escrito.
- te... te quiero
Se le aceleró el pulso notablemente, sentía su caja torácica al borde del estallido. Sus ojos nublados buscaron una y otra vez intentar leer de nuevo, encontrar un doble sentido, o que aquello fuera tan sólo producto de su torpe imaginación. Pero por más que apartaba la vista y volvía a leer, las mismas palabras seguían ahí. Dichas por nadie, para nadie. Indiscutiblemente, ella había esperado ansiosa volver a recibirlas, pero ahor todo quedaba en el aire.
- Quiero seguir con esto - tecleó de nuevo Paul - tengo que irme.
Una breve despedida. Hasta el nuevo atardecer. Y todo volvía a ser una incógnita.
Sam esperó a que Paul se hubiera ido y apagó el monitor. Set umbó en la cama. Buscó el móvil en la mesita de noche y miró la hora. Todo estaba oscuro, como era de esperar a las dos y media de la madrugada. Miró por la ventana la oscura noche sin estrellas. Bostezó y se tapó con las sábanas. Dio vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño. Finalmente se sumió en un descanso sin pausa, pensando en él. dejándo que la imagen de Paul se proyectara en sus sueños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario